A Juanmi, luchador generoso, amigo entrañable, buena gente.
Miguel Ángel Rubio Mirón (Granada)
Recuerdo una conversación con un compañero de profesión y de afectos. Hablábamos de nuestro trabajo, de las dificultades crecientes que conlleva, de los sinsabores, y poco a poco, como otras veces, acabamos derivando en las alegrías que proporciona el enseñar a los alumnos y aprender con ellos. “Lo más importante es el amor a los alumnos” quise concluir “Y a tu materia” añadió él. Amor y respeto por unos y por otra. Para servir de ayuda en las dificultades y para estimular la curiosidad y animar a descubrir el mundo y a nosotros mismos.
Instalación minimalista de Sandback Museo José Guerrero (Granada) |
Vayamos por partes:
Léxico y etimología: -“Conocer el origen de las palabras que conforman nuestra lengua y su semejanza o lejanía con las de otras lenguas cercanas nos permitirá expresarnos en nuestra lengua y comprender mensajes generados en ella mejor y con más riqueza y placer.” -“¡Puff! Suena a rollo aburrido” -“Tampoco hay que despreciar un poco de aburrimiento. Mientras no resulte tedioso…” -“¿Te… quéee?” -“Tedioso, de taedium.”
Con el trabajo, aunque sea una especie de
“tortura” tripalium, tendremos que
procurar el entusiasmo “elevándonos
a la condición de dioses”, por mucho que sea efímero “lo que no cuenta con más de un día” y luego nos cause nostalgia “dolor por el regreso”. Lo
importante es que no caigamos en el des-ánimo “viento que insufla la vida” y
que impere la concordia “corazones
compartidos”.
Y también: “En estos tiempos difíciles conviene ser estricto / estrecho, pero no abundar “desbordarse” en ello, para no convertirse en una persona fría / frígida y solitaria / soltera, por muy delicado / delgado que se sea”.
A estas alturas María J. ha dejado escapar del cerco de sus dientes varios “¡Halaaa!” y ya, con nuestro traje subacuático, estamos listos para nuestra inmersión en las palabras. -“Un amigo de mi hermana me dijo algo de “ornitólogo” y yo puse cara de “plaff” y no supe qué decirle” “A ver… -logo / -logía ya lo hemos visto en tecnología, biología, filología… El otro formante tiene que ver con animales que tienen plumas. ¿Entonces?” y entonces Laura, precipitada, -“Ya sé. Son los animales que ponen huevos” y Fran, chistoso “Eso en todo caso serán las ornitólogas”…
En fin, una vez
repuesto, les digo que lo busquen en casa y que al día siguiente les hablaré de
Hai órnithes, una comedia de
Aristófanes, comediógrafo griego.
Me despido “Valete et vivite! Ad crastinum!” y Luisa “Magister, ¿eso tiene que ver con “procastinar” -sic-?”… -“¿De dónde habrán sacado ese “palabro?”
Para explicar qué era eso de El latín vulgar y las lenguas romances se me ocurrió ofrecerles el poema que comienza Vivamus, mea Lesbia, atque amemus…(Catulo V) en latín, español, francés y euskera. Aprovechando que Lluís estaba en clase le pedí una traducción al catalán. En mi último curso tenía, además, versiones en gallego, italiano y rumano. Ventajas de la diversidad en una escuela pública integradora. ¿Para cuándo también laica / lega? ¿Ad Kalendas Graecas?
Lingua Latina: Nuestras letras son las del abecedario latino, que los latinos, gracias a los etruscos, adaptaron del alfabeto griego, que surgió del alefato semítico, que… Breve historia de la escritura. Soporte duro, papiro y pergamino. A buscar información sobre la copa de Dípilon y la fíbula de Presente.
Todo muy lejano
¿verdad? Nos familiarizamos con las letras griegas sirviéndonos del papiro del
pequeño Teonito, en el que este regaña a su padre por no haberle llevado en su
viaje a Alejandría (Rev. Iris, dic.
2000). Aprendemos algo de epigrafía
y a leer latín, además de con Catulo V, con la inscripción funeraria de C. Bebius Marcianus, sexitano de 10
años, 8 meses y 28 días (MAN, Nº R. 37802) STTL.
De camino al MAEG
nos detenemos ante varias inscripciones latinas (en la Facultad de Derecho, una
con un tremendo Ablativo Absoluto Imperante
Franco…) y después de la visita al Museo paseamos para ver otras
inscripciones más actuales, tan bellas y sugerentes como maltratadas y
abandonadas, en el camino de la Fuente del Avellano.
Tras saber leer, toca empezar a
estudiar la lengua latina para saborear lo que nos dicen sus textos. Semejanzas
-muchas- y diferencias -menos, pero descomunales- con nuestra lengua. Al
explicarles la categoría gramatical de Caso, me dejo llevar por mi lado Mr.
Hyde. En un texto breve y asequible, Ariadna, una joven griega, ve cambiar el
nombre que indica su situación social, serva, hasta en cuatro ocasiones,
sin cambiar de Número gramatical, hasta que finalmente es manumitida. ¿Por qué esos cambios?
Caras de asombro y
algunas de espanto al descubrir que, teóricamente, un nombre en latín podría
tener hasta ¡12 formas! Algo parecido, de lejos, a lo que tenemos en español
con los pronombres personales: “¿Quieres a yo? ¿Vienes con yo? ¿Traes algo para
yo?” ¡¡!!. Y si le pones teatro, se parten.
Rebajemos la tensión. No se trata de
convertirnos en la Reserva Gramatical de Occidente. Aunque haya quien siga aún
el método Manolito –el personaje de Mafalda que le saca punta al lápiz con la
uña de su pulgar- “Yo machaco la gramática el primer trimestre y luego a
traducir César sin cesar. El que vale, vale, y el que no, a Ciencias”, somos
muchos los maestros que hemos recuperado, más o menos adaptados, métodos
propios del aprendizaje de las lenguas “vivas”, o cercanos. No se trata de que
los alumnos se expresen en latín, que ocasionalmente es divertido y
estimulante, pero sí de que los textos se lean de forma natural, con una
dificultad y una riqueza crecientes. Y si ofrecen historias atractivas, que con
frecuencia puedan ser dramatizadas, mejor que mejor.
El primer año que
trabajé, hace ya muchos, con el Curso de Latín de Cambridge, sorprendí a Raúl,
mi alumno más revoltoso, con los ojos humedecidos en la lectura final de la
Unidad I, en la que Caecilius muere a
causa de la erupción del Vesubio.
-“Avete
omnes! Quomodo valetis, discipuli discipulaeque?” -“Bene valemus, magister!”
Todos los días se habla algo de latín en clase.
Y luego, disfrutar de Plauto, de
Catulo, de Fedro, de Salustio… y hasta de César, con adaptaciones cuando es
necesario, es más probable. Y casi nadie se pregunta ya por qué estudiar una
lengua “muerta”.
Historia. Hispania Romana.
Historia vero testis temporum, lux
veritatis, vita memoriae, magistra vitae... (Cicerón, De oratore, II, 36).
Quien no conoce su historia se
expone a prolongarse en la candidez de la infancia. ¿También la historia
pasada? ¿Pertenecen sólo al pasado la oligarquía, la tiranía, la guerra
preventiva, el imperialismo, la demagogia y la manipulación del lenguaje, la
parresia y la isegoría consustanciales a la democracia? No son pocos los
intelectuales y estudiosos que invitan hoy a mirar a la antigua democracia
ateniense para revitalizar las nuestras (Pedro Olalla, Grecia en el aire). Con todas sus imperfecciones, incluida la
marginación de la mujer -pese a Antígona, Medea, Hipatía, Cornelia, etc.-, la
esclavitud o la injusticia destructora como manifestación de poder -el diálogo
de los melios- se presta al debate histórico y proyecta luces sobre nuestro
mundo de hoy.
Del mismo modo que
los períodos de la historia de Roma, con sus episodios legendarios -Coriolano,
Cincinnato, Clelia…- o históricos propiamente dichos -rebeliones de esclavos,
patricios y plebeyos, guerras civiles, Augusto…-. Contamos con las fuentes
escritas y con abundantes recursos: documentales, películas de sobra conocidas
o menos divulgadas. Muy interesante el visionado y posterior coloquio sobre Cesare deve moriré de los Taviani o La fuente de las mujeres, de Radu
Mihaileanu.
Y por otra parte, las piedras que
hablan, raíces que nos fijan en una tierra y en una historia, y que, a la vez
que nos enseñan que todo pasa, extrañamente afirman que nada se pierde si
queremos darnos cuenta e incorporarlo en nosotros. Impresiona el teatro de
Acinipo que se yergue en medio de un páramo, la ciudad de Baelo Claudia
rescatada de una hoz de dunas frente al mar, el tramo de doble arcada del
acueducto de Sexi entre chirimoyos, la vista desde la Pnix al atardecer. Emocionan
el Mosaico de los Amores de Cástulo o los de la villa de Salar, que vuelven a
ver a luz; las formas delicadas del efebo de Antequera; la tumba de la liberta
Acilia Plecusa; el Hermafrodito de la villa de Almedinilla…
De todo esto y más han salido
trabajos de investigación de los alumnos, más o menos brillantes, muy
elaborados casi todos.
Literatura. Mitología. Pensamiento.
De “la cólera de Aquiles” al “Animula vagula, blandula” de Adriano,
del lamento desgarrador de las Troyanas
al trastorno de Euclión por un maldito tesoro encontrado, pocas cosas hay tan
gratas en una clase como la lectura en voz alta y el comentario de pasajes
seleccionados, incluso en ocasiones desde la lengua original con el apoyo de
una buena versión al español.
“Non ignara mali, miseris succurrere disco”
(Virgilio, Eneida, I, 630) “al no
desconocer yo misma la desgracia, he aprendido a socorrer a los desdichados” le dice la reina Dido a Eneas al ofrecerle
acogida tras naufragar su flota en su peregrinaje hacia una nueva tierra para
él y los suyos. El mismo mar surcan ahora mismo nuevos eneas, sin Dido
acogedora.
“Tu mihi curarum
requies, tu nocte uel atra
lumen, et in
solis tu mihi turba locis” (Tibulo, Carmina, III, 19, vv. 11 y 12)
“Tú, decanso de
mis cuitas, tú, en la noche oscura,
luz, y para mí, en los lugares vacíos,
multitud”
¿Y ellos, los alumnos? Miguel Ángel
y Álex se convierten en Sosias y Mercurio ante sus compañeros, público
entregado. Paula cabalga por la literatura española a lomos del Asno de Oro. A
Mary le propongo un trabajo sobre la relación entre Catulo y Lesbia a la luz
del corpus catuliano, y ella, genio y
figura, lo cambia y lo hace sobre Lesbia y Catulo. Juan Antonio, que ha cogido
Latín a su pesar, porque le han dicho que le servirá para Derecho Romano en su
futura carrera, deslumbrado, hace una exposición brillante sobre la Primera
Catilinaria. Y Marina, transformada en una Antígona indómita, me replica a mí,
Creonte más columna que nunca, con la energía de su “No he nacido para
compartir el odio, sino el amor” y me deja sin palabras.
Todos los alumnos de 1ºB en silencio, sobrecogidos por el Lamento de Dido interpretado por Jessye Norman.
Pasamos a los mitos y su presencia en la Literatura y el Arte. Es el dominio de Ovidio, en traducción directa o en versión dramatizada. Orfeo y el poder del amor y de la música. Céix y Alcíone, transformados en aves marinas. Orión dominando el cielo en las noches claras de invierno. Erisictón y el consumo desenfrenado. Ícaro y su vuelo libertario. El Minotauro reinventado por Borges.
Belleza y
significado. Lucía y sus trabajos de mitología… con unos comentarios sobre los
mitos y un análisis de las obras de arte inspiradas en ellos, también me deja
sin palabras. Alumnos aprendiendo y disfrutando.
Y pensamiento. De la mano de los mitos nos internamos en el
humanismo: Conocimiento y filantropía. Edipo y Prometeo.
Edipo, que quiere
escapar de su destino y con su inteligencia vence a la Esfinge, se precipita en
él por su necesidad de saber. Indaga, aun sospechando que lo más terrible se ha
cumplido. (kýlix ática. Ingres. Moreau…)
Prometeo, luz y
progreso para los hombres, se rebela frente al poder de Zeus por su
filantropía. (Goethe. Füger. Cossiers…).
En el s. XVI Sebastian Castellio,
uno de los humanistas más valorados del momento, defendiendo la libertad de
conciencia, se enfrentó a Calvino por la ejecución de Miguel Servet,
esgrimiendo que “matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar a un
hombre”. Y en la última época de su vida escribió una obra cuyo título tiene
este sugerente comienzo: De arte
dubitandi…
También Sócrates y su actitud ante
la cicuta. La belleza y la bondad en el retrato de Giovanna Tornabuoni, con el
epigrama de Marcial. Lucrecio, la ciencia y la muerte. Diógenes y la secta del
perro. Marco Aurelio. Montaigne…
Latín y Griego… un placer muy conveniente, siempre