Juegos, paradojas y adivinanzas lógicas

  
HOY PREGUNTAS TÚ
Juego de preguntas filosóficas
ANTES DE LA ACTIVIDAD
Decía Ortega que es más difícil hacer preguntas que responderlas. A veces, esto es verdad. Pero no siempre. En ese caso, el profe haría el trabajo más duro: poner los exámenes; y vosotros, el más sencillo: responderlos. Pero creo que el filósofo no se refería exactamente a esto.
Hagamos la prueba. Hoy seréis vosotros quienes formuléis las preguntas filosóficas. En una cuartilla en blanco, cada uno de vosotras y vosotros escribiréis una pregunta filosófica que os interese. Es una actividad anónima, de manera que nadie debe escribir su nombre. A continuación, el profesor recoge las cuartillas y las distribuye aleatoriamente entre el alumnado, de manera que nadie sepa quién ha escrito cada cuestión. Ahora, cada una responde a la cuestión que le toque. La profe las recogerá y, tras examinarlas, leerá a la clase una selección de las cuestiones y respuestas que considere más originales o relevantes.
A alumnado se les lee una batería de posibles preguntas filosóficas, indicándoles que, o bien pueden escoger alguna de las que oigan en esta relación, o bien, alguna que a ellas se les ocurra.
MATERIAL NECESARIO
-          Cuartillas en blanco
-          Relación de cuestiones filosóficas (no se entregan impresas. El profesor las lee en voz alta a la clase)
RELACIÓN DE CUESTIONES FILOSÓFICAS
Identidad personal
-          De lo que yo soy, ¿qué parte se la debo a mis padres y a la sociedad, y qué parte es sólo mía?
-          ¿Quién soy yo?
-          ¿Qué nos hace ser diferentes?
-          ¿Controlas tu imagen ante los demás?
-          ¿Por qué nos pasa lo que nos pasa?
-          ¿Qué es lo que más me gusta de mí y lo que menos?
-          ¿Qué es lo que más me gusta de los otros y lo que menos?
-          ¿Soy consciente de lo que hago y de lo que me pasa?
-          ¿A qué aspiro en la vida?
El más allá
-          ¿Hay vida después de la muerte?
-          ¿Tenemos solo una vida o varias?
El sentido de la vida
-          ¿Qué es el mal?
-          ¿Qué es el bien?
-          ¿Qué es lo más importante para ti?
-          ¿Qué es el paraíso para ti?
-          ¿Por qué estás aquí?
-          ¿Existe la felicidad?
-          ¿Qué es la felicidad?
-          ¿Existe el destino?
-          ¿Tenemos alma?
-          La religión, ¿da sentido a la vida?
Nuestras relaciones con los demás (y con los otros vivientes)
-          ¿Quién manda en el mundo?
-          ¿Me interesan los demás?
-          ¿Por qué existe la injusticia?
-          ¿Acabarán pensando las máquinas?
-          ¿Tienen derechos los animales?
-          ¿Somos libres?
-          ¿Por qué amamos?
-          ¿Por qué odiamos?
-          ¿Por qué hay cosas que se deben hacer y otras que están prohibidas?
-          ¿Tienen alma los animales?
-          ¿Puede existir una sociedad perfecta?
-          ¿Tenemos todos los mismos derechos?
-          ¿Existe vida inteligente en otros lugares del espacio?
La vida
-          ¿Qué es la vida?
-          Lo que más y lo que menos me gusta de estar vivo
La verdad
-          ¿Existe la verdad?
-          ¿Por qué nos equivocamos?
-          ¿Vivimos engañados?
-          ¿Existe un ser supremo?
-          ¿Son unas religiones más verdaderas que otras?
-          ¿Está justificado matar o morir por un ideal?
-          ¿Es la realidad un sueño?
DESPUÉS DE LA ACTIVIDAD
Ahora, respondamos a lo planteado al principio:
 
-          ¿Tiene razón el filósofo al decir que es más difícil preguntar que responder?
-          ¿Te ha resultado muy difícil escoger una pregunta entre tantas posibles?
-          ¿Qué habrá respondido tu compañera a la pregunta que has formulado?

-          ¿Cuáles han sido las preguntas más elegidas y cuáles las mejores preguntas y respuestas?

Cómo demostrar cualquier cosa (La erística sofística)

En el Eutidemo de Platón, Sócrates al describir a Critón el talento retórico de los sofistas hermanos Eutidemo y Dionisodoro, dice: "Tan grande es su destreza, que pueden refutar cualquier proposición ya sea esta verdadera o falsa." Sócrates describe cómo Dionisodoro demuestra a uno de sus oyentes, Ctesipo, que el padre de Ctesipo es un perro. Utiliza la siguiente argumentación:
Dionisodoro: Dime, ¿tienes perro?
Ctesipo: Sí, y muy malo por cierto
D.: ¿Y tiene cachorros?
Ctesipo: Sí, idénticos a él
D.: ¿Y es el perro el padre de ellos?
Ctesipo: Sí, yo lo vi con mis ojos cubrir a la madre de los cachorros
D.: ¿Y no es tuyo el perro?
Ctesipo: Así es
D.: Entonces es padre y es tuyo; luego él es tu padre y los cachorros son tus hermanos.

Paradoja de Epiménides o del mentiroso

(Paradoja : expresión en que hay una incompatibilidad o contradicción aparente)
Cierto cretense llamado Epiménides dijo: "Todos los cretenses son mentirosos". Si lo que decía Epiménides era verdadero, entonces miente; si, por el contrario, es falso, entonces dice la verdad.
De esta paradoja pueden darse distintas versiones: "Esta frase es falsa"; o bien: "Yo estoy mintiendo ahora".
 
La isla de los caballeros
 En uno de mis viajes, tuve la desgracia de arribar a una isla muy peculiar. Sus nativos eran caballeros o escuderos.  Los primeros se distinguían por mentir siempre, al dejarse llevar de su calenturienta imaginación. Los escuderos, por el contrario, ateniéndose a la realidad más prosaica, decían la verdad indefectiblemente. Sólo las nativas de aquella lejana ínsula mostraban una conducta similar a la nuestra, es decir, mentían sólo ocasionalmente.
Conocedor de esta molesta circunstancia, encontré a tres nativos varones que preparaban sus redes para una nueva jornada de pesca. Tras los saludos, pregunté al primero: "¿Eres caballero o escudero?". Me respondió en su lengua, por lo que no entendí nada. Probé entonces suerte con el segundo. Chapurreando el español, me tradujo las palabras de su compañero: "Te ha dicho que es caballero". Pero, cuando ya me disponía a entrar en conversación, intervino el tercero: "Éste habla español, pero te ha mentido".
¿Podemos saber qué son cada uno de los tres nativos?

(La solución en los próximos días)
(Tomado de R. Smullyan, ¿Cómo se llama este libro? -versión libérrima-)
Solución: El segundo nativo es caballero (pues miente al afirmar que el primero ha dicho que es caballero. Ningún nativo dirá de sí mismo tal cosa: los caballeros porque mienten, los escuderos porque dicen la verdad.). El tercero, escudero, pues dice verdad. Nada sabemos acerca de la condición del primero en hablar. 

El robo en la joyería
Un joyero telefonea a la policía porque su tienda ha sido robada. Se detienen a tres sospechosos, A, B y C para ser interrogados, estableciéndose los siguientes hechos: 
1. Cada uno de esos tres individuos había estado en la joyería el día del robo, y ningún otro cliente había entrado en ella ese día.
2. Si A era culpable, entonces tenía un cómplice y sólo uno. 
3. Si B es inocente, entonces también lo es C.
4. Si dos y sólo dos son culpables, entonces A es uno de ellos.
5. Si C es inocente, entonces también lo es B. 
6. No era día festivo. 
¿A quién o quiénes detuvo la policía?
(La solución en los próximos días) 

Dos clásicos fáciles:

     1. Si en un cajón del armario tenemos 12 pares de calcetines negros y 12 pares de calcetines blancos y están todos sueltos y desordenados y, además, no tenemos luz en la habitación, ¿cuál es el menor número de calcetines que debemos coger para tener la seguridad de que obtenemos un par del mismo color?

     2. Sin saber casi nada de matemáticas, puedes resolver el siguiente producto: 

       (x-a) · (x-b) · (x-c) ·... · (x-z) = ?

Y ahora, un problema sobre uso y mención:

     ¿Cuál es el problema con el siguiente argumento? Como 6 es el denominador de 2/6 y 3 es el denominador de 1/3, del hecho de que 1/3 = 2/6, se sigue que 3 es el denominador de 2/6. ¿Cómo puede una misma fracción tener dos denominadores diferentes? El problema se debe a una confusión entre uso y mención. Aunque existe un único número racional al que nos referimos por medio de dos fracciones diferentes, cada una de ellas es una expresión que consta de un numerador y un denominador, ambos numerales.  El remedio convencional par este tipo de problemas es el entrecomillado. 
    Pensemos en una expresión como una secuencia de caracteres. El resultado de ponerla entre comillas es una nueva expresión -cuyo primer y último carácter es una comilla- que funciona sintácticamente como un nombre cuya denominación es precisamente la expresión que aparece entre comillas. Mediante el entrecomillado podemos eliminar la ambigüedad. 
     Cuando una expresión aparece sin comillas en una oración, la expresión es usada. Si la expresión aparece entre comillas, entonces aparece mencionada.
     Vamos, pues con el problema: 
     Añadir comillas a las expresiones siguientes para convertirlas en oraciones verdaderas o falsas. Siempre que exista, es preferible una solución bajo la cual la oración es verdadera. También es preferible minimizar el número de comillas añadidas; por tanto, siempre que exista, la mejor solución es el resultado de añadir el menor número de comillas para obtener una oración verdadera: 
a) Barcelona se encuentra al norte de Tarragona, pero Tarragona no se encuentra al sur de Barcelona.
b) La última palabra de la mejor solución para a) es Barcelona.
c) Un nombre para la última palabra de la mejor solución para b) es Barcelona.
d) La última palabra de Tarragona es polisilábica es polisilábica. 
e) La última palabra de e) es obscena.
f) La última palabra de e) es obscena.

SOLUCIONES: en esta misma página el próximo lunes día 13 de septiembre. 

(Gabriel Uzquiano, Tres problemas sobre uso y mención, Investigación y Ciencia, septiembre de 2009, 92-sigs.)

solución 1: 25 calcetines
solución 2: 0
solución "uso y mención": a) Barcelona se encuentra al norte de Tarragona, pero 'Tarragona' no se encuentra al sur de Barcelona. Verdadero. La expresión 'Tarragona' no se encuentra al sur de la ciudad de Barcelona; b) La última palabra de la mejor solución para a) es Barcelona. Falso. Barcelona no es una palabra. No ayudaría poner la última palabra entre comillas ya que nuestra solución anterior a a) no es la única solución óptima. Otra solución óptima hubiera entrecomillado únicamente la segunda ocurrencia de 'Barcelona', ya que la ciudad de Tarragona no se encuentra al norte de la expresión 'Barcelona'. c) Un nombre para la última palabra de la mejor solución para b) es "Barcelona". Verdadero. La mejor solución para b) consiste en dejarla como está . Como la última palabra es 'Barcelona', "Barcelona" es un nombre para esa palabra. d) La última palabra de 'Tarragona es polisilábica' es polisilábica. Verdadero. 'Polisilábica' es polisilábica. El resultado de poner la última palabra entre comillas también sería verdadero aunque la solución no sería óptima. e) La última palabra de e) es obscena. Falso. La última palabra de e) es 'obscena' pero la palabra 'obscena' no es obscena. Tampoco sería obsceno el resultado de entrecomillar 'obscena' u "obscena" u '"obscena"'. f) La última palabra de e) es 'obscena'. Verdadero. Como decidimos no entrecomillar ninguna expresión de e), se sigue que la última palabra es 'obscena'.


Prisioneros y sombreros
      En una habitación hay tres prisioneros. Los tres cierran los ojos; a cada uno se le pone un sombrero rojo o azul. El guardián tira una moneda para decidir qué sombrero ponerle a cada uno.
          Una vez que los prisioneros tienen los sombreros puestos, se les permite abrir los ojos. Cada uno puede ver los sombreros de sus colegas, pero no el sombrero propio. A partir de ese momento no se permite ningún tipo de comunicación entre prisioneros. El guardián conduce a cada prisionero a una celda individual. Le pregunta en privado: "¿De qué color es tu sombrero?" Si los tres rehúsan contestar, se les mata a todos. Si alguno de los tres contesta incorrectamente, se les mata a todos. Si al menos uno contesta correctamente (y nadie contesta incorrectamente), se les deja a todos en libertad. Las celdas están suficientemente separadas para que ninguno de los prisioneros pueda enterarse de qué contestaron los demás o si rehusaron contestar. 
           Está claro que existe una estrategia que les permitiría a los prisioneros sobrevivir con una probabilidad del 50 %. Podrían escoger a un capitán de antemano, y acordar que sólo el capitán contestará a la pregunta del guarda.
            Problema: A pesar de que nadie sabe el color de su sombrero cuando el guardián hace la pregunta, existe una estrategia (acordada de antemano entre los prisioneros) que les da una probabilidad de supervivencia de más del 50 %. ¿Cuál es la estrategia?

SOLUCIÓN en esta misma página el próximo lunes día 11 de octubre.  

(Agustín Rayo, Investigación y Ciencia, agosto de 2009, 92-sigs.)

Solución: Cada prisionero deberá responder a la pregunta del guarda sólo si ve que sus colegas tienen sombreros del mismo color. En ese caso, su respuesta deberá ser "rojo" si ve dos sombreros azules, y "azul" si ve dos sombreros rojos.  (Los resultados posibles del sorteo son 8: Rojo-R-R; R-R-Azul;R-A-R;R-A-A-;A-R-R; A-R-A; A-A-R; A-A-A. Los prisioneros se salvan en 6 de las 8 ocurrencias posibles, es decir, el 75 % de las veces.)


En Nueva York no hay calvos
        Suponiendo que en la ciudad de Nueva York haya más habitantes que pelos en la cabeza de cualquiera de ellos, y que ninguno sea completamente calvo, ¿hemos de concluir que tendrá que haber por lo menos dos habitantes que tengan exactamente el mismo número de pelos en sus cabezas?


SOLUCIÓN la próxima semana

Solución: La respuesta es sí. Supongamos que en la ciudad hay 10 habitantes: dado que desde el 1 (mínimo número de pelos) hasta el 9 (máximo) sólo hay 9 números, el décimo habitante tendrá que repetir número.


Paradojas del Viaje en el tiempo: 
Análisis de Lucas Gabriel Cantarutti en "El Tamiz" (AQUÍ)