Carta
abierta a la Consejera de Educación de la Junta de Andalucía:
Trece de los 62 alumnos que superaron las Pruebas de Acceso a
Primero de Enseñanzas Profesionales de Música en el Conservatorio Profesional
Antonio Lorenzo de Motril a finales de mayo no van a poder continuar sus
estudios musicales por decisión de su Consejería. La misma situación, con
cifras diferentes, se da en los demás conservatorios de la Comunidad Andaluza.
Los recortes han llegado finalmente a los alumnos, el actor principal y más
débil del proceso de educación y formación de la ciudadanía.
Vergüenza, dolor, decepción, indignación… No sé si Vd.
habrá asistido a una audición de alumnos de Primero de Enseñanzas Elementales:
niños en torno a ocho años, peleando sin más recursos que su ilusión con
instrumentos que, a veces, abultan tanto como ellos. O a una de Cuarto Curso,
con la misma ilusión, pero ya con la firmeza y el brillo en los ojos que les da
saberse más cercanos a lo sublime. Entre una y otra, horas y horas de
disciplina, de constancia, también, claro, de satisfacción, robadas al juego
solitario o compartido con los amigos. Cuatro años de esfuerzo y de ilusión de
esos niños y de sus familias, truncados por su decisión. Y para que me sitúe,
no hablo de la “cultura del esfuerzo” que tanto le gusta tener en su boca a
algunos que no dan un palo al agua y
sólo persiguen aumentar sus privilegios.
Los números de arriba tienen
nombre y apellidos. Algunos de ellos, según sus padres, no han querido volver a
coger sus instrumentos. Preocúpese Vd.: esto seguramente será pasajero.
Hemos pedido explicaciones en
nuestra Delegación Provincial y nos han contestado, luego de vaguedades sobre
la crisis y palabras esperanzadoras, con la negativa y el silencio. Las
matrículas hechas para Primero de Enseñanzas Profesionales, siguiendo
indicaciones de la propia Delegación, quedan anuladas… Ya veremos.
Volviendo a la frialdad de los
números y de las leyes: En nuestro conservatorio, admitir a los trece alumnos
excluidos no supone aumento del cupo de profesores, según la Dirección del
Centro. ¿Entonces? Por otra parte, a mi parecer, su decisión contraviene su
propio ordenamiento jurídico: ni el Decreto 241/2007 de 14 de septiembre, ni
las Órdenes que lo desarrollan o modifican, incluyen otro requisito para
iniciar las Enseñanzas Profesionales que superar las Pruebas de Acceso, como ha
ocurrido en cursos anteriores. No soy experto en leyes, pero los abogados
existen. ¿Quién correrá con los costes económicos y de energía de los recursos
y contenciosos que vendrán? Si quiere que las Pruebas de Acceso se conviertan
en una especie de oposición para niños de 12 años o el proceso no le parece el
adecuado, primero tendrá que modificarse el ordenamiento.
A estas alturas, está claro que
no estoy tratando de música, sino que es una cuestión de derechos del
ciudadano. A propósito de la repugnante amnistía fiscal ofrecida por el
Gobierno del Estado, recientemente una conocida escritora
venía a decir que nunca desde la dictadura de Franco había tenido tantas ganas
de emigrar a Francia. Yo pensaba y quiero pensar que aún nos queda Andalucía.
Por eso, si a estos trece niños y a los que están en su misma situación en los
demás conservatorios, no les permite finalmente seguir sus estudios musicales,
como ciudadano le pido a Vd. y a su equipo que haga las maletas y se vaya, con
su silencio, a otra parte.
Miguel
Ángel Rubio Mirón
Salobreña
(Granada)