Asociación Pi i Margall: 1º Encuentro Laicidad en España (Motril)

Breve reseña histórica de la Asociación Pi i Margall por la Educación Pública y Laica

- Octubre de 1999: fundación de la Asociación a cargo de padres y madres de alumnos del Colegio Público Virgen de la Cabeza de Motril (Granada)
- Julio de 2001: organización del Primer Encuentro Nacional por la Laicidad en España (Motril), en colaboración con la Asociación Europa Laica
- Publicación de las Actas del Encuentro en colaboración con el Ayuntamiento y el CEP de Motril   
                                                                               -Agosto de 2001: Queja ante el Defensor del Pueblo Andaluz   por la presencia de símbolos religiosos en los centros educativos                                        
-Septiembre de 2001: petición de retirada de símbolos religiosos en varios colegios  andaluces                                                                    
-Julio de 2002: Asistencia al 2º Encuentro Nacional por la Laicidad en España. Organiza la Fundación Ferrer i Guardia en Barcelona                          
-Febrero de 2004: Campaña por la Enseñanza laica                                                                             
-Edición del cartel "La LOCE impone la religión en las aulas" del pintor Germán Bandera Pardo         
-Convocatoria de encierro por una enseñanza laica en locales sindicales de Motril           -Pegada de carteles y recogida de firmas por una enseñanza laica en la Plaza de las Pasiegas, junto a la catedral de Granada, en colaboración con C.G.T.                              -Reunión con el Grupo Parlamentario del PSOE en el Parlamento Andaluz                                                                                                              






PRIMER ENCUENTRO NACIONAL POR LA LAICIDAD EN ESPAÑA (Motril, julio de 2001)

Al encuentro asisten organizaciones y particulares de toda España así como de Portugal, Francia, Italia y Alemania.
Programa del Encuentro
Ponentes y algunos asistentes 
(2ª fila: Henri Peña-Ruiz, Bruno Courcelle, Dionisio Llamazares.
1ª fila: A. Gómez Movellán, Javier Otaola, Francisco Delgado Ruiz, Ángel Ramírez Medina)


Publicación de las Actas del Encuentro:























MANIFIESTO DE MOTRIL

Las organizaciones, entidades y asistentes reunidos en el Primer Encuentro Nacional "laicidad en España: estado de la cuestión a principios del siglo XXI", organizado por la Asociación Pi y Margall y que tuvo lugar en Motril los días 13 y 14 de julio de 2001, manifestamos:

I. La consecución de los Estados aconfesionales ha sido un logro histórico de las sociedades occidentales que ha permitido avanzar en el progreso civil, científico y democrático de los pueblos. Existen en el momento actual suficientes evidencias del aislamiento y retroceso en las libertades civiles y en el progreso en aquellos países que no han implantado una separación real entre el Estado y las distintas confesiones religiosas.
II. España, en la senda abierta por la tradición europea moderna, incorporó como base de la organización del Estado y del marco de convivencia entre todos los españoles, el carácter aconfesional del Estado recogido en nuestra Carta Magna. Ese momento supuso una ruptura con la anterior situación de identificación entre Iglesia Católica y Estado, que sumergió al país en una época de atraso y oscurantismo.
III. En las ponencias y debates de este Encuentro, se ha constatado que la situación actual no permite hablar de una aconfesionalidad real del Estado Español. Se percibe un retroceso en la misma como consecuencia de la presencia de la Iglesia Católica en los órganos y estructuras del Estado y su cada vez mayor participación en los procesos de toma de decisiones.
El deterioro del marco aconfesional del Estado es de tal gravedad que se ha convertido en habitual la presencia dominante de la Iglesia Católica en la estructura administrativa del Estado, conculcando derechos esenciales, especialmente en los ámbitos educativo, jurídico, sanitario...; y relegando a la marginalidad a quienes reclaman desde la sociedad civil el cumplimiento de los principios generales que sustenta la Constitución Española. De persistir esta tendencia involucionista, se corre el riesgo de ralentizar e incluso detener el avance hacia mayores niveles de progreso social, moral y de convivencia. El carácter reduccionista y unilateral de los principios confesionales amenazan la pluralidad intelectual y ética de las sociedades laicas, caracterizadas por el mestizaje, la multiculturalidad, la integración y la apertura.
IV. Reivindicamos el fortalecimiento de un Estado laico cuyos valores sean la libertad de conciencia, la igualdad entre los ciudadanos, al margen de sus convicciones religiosas, y la autonomía de juicio, cultivada gracias a una escuela pública y laica, depositaria de la cultura universal. La práctica religiosa ha de ser libre pero circunscrita al estricto ámbito privado.

Por todo lo cual pedimos de modo inmediato:

1º La ruptura de los actuales acuerdos entre la Iglesia Católica y el Estado Español de 1976 y 1979.
2º El cese de la financiación estatal a cualquier institución religiosa.
3º La eliminación de la asignatura de religión como enseñanza curricular.
4º Que ningún cargo público se sume a manifestaciones religiosas en el ejercicio de sus funciones.
5º Eliminar cualquier tipo de adoctrinamiento religioso de la infancia en el ámbito escolar.

Motril, septiembre de 2001


BALANCE DEL PRIMER ENCUENTRO NACIONAL SOBRE LAICIDAD EN ESPAÑA
 

Durante los días 13 y 14 de julio de 2001, se celebró en Motril el PRIMER ENCUENTRO NACIONAL SOBRE LAICIDAD EN ESPAÑA con ponentes procedentes de diversos lugares de España y Francia, y la asistencia de ciento veinte participantes y de diferentes asociaciones con objetivos comunes. La “Asociación Pi y Margall por la Enseñanza Pública Laica” quiso con estas jornadas unir esfuerzos en favor de una escuela y una sociedad laicas, e iniciar una andadura que se anunciaba larga y no exenta de dificultades e incomprensiones en un Estado como el nuestro acostumbrado al monopolio de la religión católica durante muchos años, siglos. Se abrió con ello un debate en torno a la laicidad, o a la falta de laicidad en el caso español, más allá del ámbito estrictamente educativo.
Este Encuentro constituyó un foro adecuado para hacer un diagnóstico acerca de la implantación real del carácter aconfesional del Estado Español, reconocido en el artículo 16.3 de nuestra Constitución, con una aproximación a los distintos ámbitos sensibles al mismo –con especial interés el educativo– y el establecimiento de un análisis comparativo con los diferentes Estados Europeos. Fue también un lugar de encuentro de las diversas asociaciones y colectivos que en la actualidad trabajan para hacer realidad lo que todavía hoy constituye un proyecto. Se palpó la diversidad, el dinamismo y el gran arraigo de las ideas del laicismo en la sociedad, detectándose también el divorcio existente, en este aspecto, entre las fuerzas políticas y la sociedad civil que pretenden representar.
En el Encuentro estuvieron presentes la “Asociación Europa Laica”, de Talavera de la Reina –sin cuya colaboración no hubiera sido posible la celebración del mismo–, “Aspuela”, de Chiclana de la Frontera, el “Colectivo Escuela”, de Granada, “Derecho y Laicidad”, de Madrid, el “Colectivo Galileo”, de Úbeda, la “Liga jiennense de la Educación y la Cultura Popular”, “Fapa” de Albacete, “Ecologistas en Acción”, el sindicato CGT, y “Europe et Laïcité”, de Francia. Apoyaron la iniciativa “Alianza por la Educación Laica”, de Montevideo (Uruguay), y “Republica e Laicidade”, de Portugal. Sin duda eran algunas de las asociaciones más activas en la tarea por la separación efectiva de los poderes religioso y político, y el respeto a la intimidad y a la libertad de conciencia del ciudadano.
Los debates se desarrollan en torno a cuatro bloques temáticos: 1. Laicidad y Constitución: marco legal y Acuerdos Iglesia-Estado; 2. Laicidad y libertad religiosa; 3. La religión en los sistemas educativos español y europeo: análisis comparativo; 4. Movimientos laicistas en España y Europa: historia y situación actual.
Todos expresaron su deseo de que el Encuentro fuera el inicio de una senda por la laicidad que conduzca hacia una consecución efectiva de la aconfesionalidad de nuestro Estado como marco donde las diferentes opciones ideológicas convivan en respeto mutuo. En las ponencias y debates se constató que la situación actual no permite hablar de una aconfesionalidad real del Estado Español. Es más, se percibe un retroceso en la misma como consecuencia de la presencia de la Iglesia Católica en los órganos y estructuras del Estado y su cada vez mayor participación en los procesos de toma de decisiones. Se reivindicó la implantación de un Estado laico cuyos valores sean la libertad de conciencia, la igualdad entre los ciudadanos, al margen de sus convicciones religiosas, y la autonomía de juicio, cultivada gracias a una escuela pública y laica, depositaria de la cultura universal. La práctica religiosa ha de ser libre, pero circunscrita al estricto ámbito privado. Así quedó plasmado en el MANIFIESTO DE MOTRIL, surgido de dicho Encuentro, en el que se pide la ruptura de los actuales acuerdos entre la Iglesia Católica y el Estado Español de 1976 y 1976, y la eliminación de la asignatura de religión como enseñanza curricular.
Las diez ponencias presentadas abordan todos estos aspectos, y lo hacen mediante análisis sugerentes y exhaustivos que ponen de relieve elementos olvidados o silenciados del problema, y adoptan posicionamientos comprometidos y realistas.
Éstas fueron las ponencias (acompañadas de un breve resumen de las mismas):
- Bruno Courcelle Inane(Vicepresidente de la Universidad de Burdeos): "contra la censura: la laicidad no basta":
En los países democráticos en los que las libertades ( de expresión, de creación artística, de culto, etc.) están garantizadas, existe, no obstante, una censura que las limita. La laicidad prohíbe la censura religiosa, pero la juridización creciente de la sociedad otorga poderes considerables a los lobbys religiosos, apareciendo también la censura al abrigo de intereses comerciales y a petición de una opinión pública manipulada por los medios de comunicación.
- Francisco Delgado Ruiz (Diputado Constituyente durante los años 1977-1979, ex presidente de CEAPA): "la influencia religiosa en la enseñanza española: estado de la cuestión al inicio del siglo XXI":
Se da una grave contradicción entre la aconfesionalidad del Estado, propugnada por la Constitución, y lo que sucede en nuestras escuelas, donde se incluye la religión como prioridad en el currículo. Es preocupante la pasividad y conformismo de la sociedad y de los organismos que se declaran no confesionales, así como la presión social que ejerce la iglesia sobre las escuelas.
- Miguel Fernández Sañudo (miembro de la Asociación “Europa Laica”): "ritos civiles de paso":
La reflexión del autor nace de la falta de celebración de ritos de paso civiles que los laicos sentimos de forma individual y aislada. A partir de ahí plantea la necesidad de que las Instituciones Públicas los instauren. La razón de que la pertenencia a la ciudadanía es igual para todos y que esas Instituciones no reconocen diferencias, lleva a la consideración de que se las deben ofrecer a todos.
El autor percibe la necesidad de la afirmación y desarrollo de la Comunidad Civil autónoma y primigenia. En el contexto de las características multiculturales de la sociedad y su predecible aumento, le parece mucho más necesario el desarrollo de esta vertiente integradora que favorece la convivencia ciudadana. Los ritos civiles tienen una función simbólica muy importante en la afirmación y desarrollo de este papel de Comunidad.
- Antonio Gómez Movellán (Autor de La Iglesia Católica y otras religiones en la España de hoy), "laicismo y pluralismo religioso en la sociedad española":
Tras una breve introducción en la que se destaca la estrecha relación histórica entre Poder e Iglesia Católica en nuestro Estado, el autor se centra en la situación actual de nuestro país y elabora un estado de la cuestión, en el que desvela cómo, pese a la proclamada aconfesionalidad del Estado, la Iglesia antedicha mantiene una posición de privilegio. El autor termina analizando la presencia de otras confesiones religiosas, discriminadas en relación con aquélla, y reclama de las Instituciones las medidas que, basadas en el laicismo, garanticen la libertad y el pluralismo religioso.
- Juan Francisco González Barón (Presidente de la Asociación “Europa Laica”), "Concordato: la realidad de un Estado confesional":
El recorrido que desde el S. XVIII a la actualidad permitió el tránsito del súbdito al ciudadano ha sido desigual, azaroso y determinado por las ingerencias de la Iglesia. El modelo de relaciones internacionales impuesto por el Vaticano, ha definido las políticas nacionales en aquellos países donde la Iglesia ha hecho notar con más fuerza su influencia. En España, el Concordato firmado en 1953, pese a las reformas de 1976 y 1979, sigue aún vigente. Este Concordato es incompatible con nuestra Constitución y cuestiona la supuesta laicidad de Estado español. El autor, tras analizar el origen y los contenidos del actual Concordato, aboga por «una ruptura unilateral por parte del Estado de los acuerdos de 1979». Ruptura que puede hacerse, y es importante destacar esto, sin modificar el texto constitucional.
- Dionisio Llamazares Fernández (Catedrático de Derecho Canónico del Estado en la Universidad Complutense de Madrid, ex director general de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior), "libertad de conciencia, laicidad y tradiciones constitucionales comunes en los países miembros de la Unión Europea":
Tras una aclaración terminológica para precisar el uso de las expresiones ‘libertad de conciencia’, ‘laicidad’ y ‘tradiciones constitucionales comunes’, el autor muestra cómo la laicidad es conditio sine qua non de la libertad de conciencia: sólo en un contexto de neutralidad es pensable la ausencia de intolerancia y de discriminación. Hace, después, un recorrido histórico para desvelar las claves del fracasado proyecto de unidad político-religiosa europea, deteniéndose en la Ilustración como hito en el proceso secularizador. Analiza cómo ese proceso ha calado de diversa manera en cada uno de los países de la Unión a lo largo de los siglos XIX y XX.
El ponente se detiene en los diversos indicadores del grado de laicidad de los Estados (eficacia estatal del derecho confesional y autonomía de las iglesias, estatuto jurídico civil de las confesiones, financiación pública de las confesiones, enseñanza de la religión en centros públicos, y principio de bilateralidad), desarrollando un análisis comparativo entre los países miembros de la Unión. La laicidad —entendida en sentido amplio no sólo como neutralidad religiosa, sino también ética, ideológica e incluso cultural— aparece como elemento de entendimiento entre los miembros de la Unión Europea, constituyendo un sinsentido el no progresar o retroceder en la separación del poder político respecto de las confesiones y las creencias religiosas de los ciudadanos.
- Javier Otaola Bajeneta (Letrado de los Servicios Jurídicos Centrales del Gobierno Vasco. Autor de los libros Laicidad, una estrategia para la libertad y La metáfora masónica. Razón y sentido), "del anticlericalismo a la laicidad":
El laicismo implica una aconfesionalidad activa, concretada en el compromiso de crear y sostener un espacio cívico-político definido exclusivamente por la ética y la simbólica civil, cerrando el paso a toda deriva política de lo confesional. En este sentido centra su identidad en preservar lo político de la instrumentalización a que pueda ser sometido por cualquier clase de iglesia, garantizando así que los poderes públicos atiendan a nuestra condición de ciudadanos con independencia de identidades nacionalistas, étnicas, de clase o religión y dejando en el ámbito de nuestra autonomía nuestras opciones personales y vitales.
- Henri Pena-Ruiz (Profesor de filosofía en el Lycée Fénelon y Maestro de Conferencias en el Instituto de Estudios Políticos de París, autor de La emancipación laica. Filosofía de la laicidad), "laicidad y diferencias: la integración republicana como emancipación":
En la medida en que la laicidad es el resultado de un esfuerzo para poner distancias con las tradiciones y asumirlas sólo en su dimensión auténticamente cultural excluyendo toda normativa opresiva, es por lo que puede tener un valor universal, sin negar, no obstante, las realidades particulares. La laicidad del poder público es la afirmación de lo que es común a los hombres; la neutralidad confesional no es más que la consecuencia del principio positivo de plena igualdad
- José Antonio Pérez Tapias (Profesor titular de filosofía en la Universidad de Granada), "una visión laica de lo religioso":
Un Estado laico responde al principio de justicia al que los procedimientos e instituciones democráticos se deben. Y la religión, que en su sentido más hondo es interrelación, trascendencia en la inmanencia, también tiene en la justicia el criterio de su validez. Para que éste pueda realizarse la religión, y concretamente el cristianismo, debe volver a su origen anticlerical y anticonfesional, asumiendo el pluralismo y la secularidad de la sociedad.
Desde el criterio de justicia y de fraternidad igualitaria, la religión recuperará su sentido como ‘religión de la dignidad humana’, y esto es lo que pone de relieve una visión laica de lo religioso.
- Ángel Ramírez Medina (Presidente de la Asociación “Pi y Margall por la Enseñanza Pública Laica”), "escuela laica: la libertad de conciencia sin rehenes":
La presencia de la formación religiosa doctrinaria en las escuelas supone una incursión ilegítima de lo privado en lo público que lesiona gravemente derechos individuales y colectivos, disgrega la sociedad y vulnera los principios de convivencia democrática. Especial gravedad reviste la segregación social que desde la escuela se está generando entre los alumnos, en función de las creencias de sus padres.
Las Actas de estas jornadas, publicadas por el Ayuntamiento de Motril y el Centro del Profesorado de Motril, pueden adquirirse dirigiéndose a la “Asociación Pi y Margall por la Enseñanza Pública Laica”.
Otros encuentros similares se han desarrollado desde julio de 2001. Así el organizado en Madrid por la Fundación Cives y la Ceapa, celebrado los días 10 y 11 de noviembre bajo el título: "seminario sobre el Laicismo: Revisión Crítica y proyecto de futuro", con la asistencia de Fernando Savater, Eulalia Vaquero y Luis Gómez Llorente, entre otros; o las jornadas de debate sobre "Religión y escuela pública" organizadas, también en Madrid, por la Fundación Pablo Iglesias, con la participación de Dionisio Llamazares, Amparo Valcarce y Victorino Mayoral.
Asimismo, han surgido nuevas asociaciones, como “Ateus de Catalunya”, la “Plataforma por una Escuela Laica”, en Albacete, o la “Asociación Laica”, de León, que, unidas a las ya citadas y a otras que vienen defendiendo la laicidad, como “Escuela Laica”, de Zaragoza, la “Liga Española de la Educación y de la Cultura Popular”, o el “Moviment Laic i Progressista”, de Barcelona, nos confirman tanto en el vigor del movimiento laico español, como en la necesidad de coordinar voluntades e iniciativas, pues, actualmente, adolece de una excesiva disgregación. A pesar de las dificultades no puede cundir el desánimo, dada la urgencia de esta tarea: la historia y los últimos acontecimientos vividos en el mundo nos confirman en que cuando la religión deja de ser una vivencia personal para convertirse en un instrumento del poder político, los problemas se multiplican.
El balance positivo del Primer Encuentro se ve corroborado ahora por la convocatoria del IIº ENCUENTRO NACIONAL SOBRE LAICIDAD. Consciente de la importancia de que lo ya ha iniciado tenga continuidad en sucesivas convocatorias anuales para dar vigor al movimiento laico español, la “FUNDACIÓN FERRER I GUARDIA” que, junto a “Esplais Catalans”, “Escola Lliure El Sol” y la “Asociació de Casals de Joves de Catalunya”, forman el “Moviment Laic i Progressista”, ha convocado para los días 20 y 21 de julio de 2002, en Barcelona, este nuevo Encuentro bajo el título “Laicidad y derecho al espacio público”.



PARA la revista LA RAISON

1. ¿Quién fue Pi y Margall y por qué habéis constituido una Asociación llamada: Asociación Pi y Margall por la escuela pública y laica?

Pi y Margall, filósofo y político español (Barcelona, 1824-Madrid, 1901), fue un firme defensor de la independencia que, respecto de cualquier iglesia o doctrina, debe caracterizar a las instituciones del Estado, en especial a la escuela pública. Como presidente de la Primera República Española, no pudo llevar a cabo sus proyectos, tanto por la profunda división del Partido Republicano, en cuyas filas militaba, como por la ruda oposición de los poderes reaccionarios tan influyentes, ayer y hoy, en una España sin Ilustración. Pi estuvo siempre comprometido en la defensa de la escuela pública –como única que puede garantizar el derecho universal a la educación– y en la separación de los poderes civil y religioso, así como de los ámbitos privado (el propio de las creencias) y público (sin más compromisos ni ataduras que los que marca la Constitución y los derechos fundamentales). A pesar de la talla de este político e intelectual, se cuenta entre los españoles insignes que han caído casi en el olvido. ¿Tan sobrados andamos en España de personas lúcidas y comprometidas que nos permitimos el lujo de silenciar a las pocas que lo han sido?. En este siglo XXI que acaba de comenzar, siguen teniendo vigencia sus ideas políticas y dándole su nombre a nuestra Asociación quisimos rendirle homenaje.
Ciento veinticinco años después de la fundación de la Institución Libre de Enseñanza, la gran obra de Giner de los Ríos –a la que también estuvo próximo Pi–, seguimos pidiendo una escuela laica, no en contra de nadie, sino a favor de una convivencia en la diversidad. Conseguir una enseñanza libre de imposiciones ideológicas es algo que afecta de manera directa a la calidad de la enseñanza que reciben nuestros alumnos y, por ello, a que la sociedad goce de buena salud democrática. La presencia de la formación religiosa doctrinaria en las escuelas supone una incursión ilegítima de lo privado en lo público que lesiona gravemente derechos individuales y colectivos, disgrega la sociedad y vulnera los principios de convivencia democrática. Especial gravedad reviste la segregación social que desde la escuela se está generando entre los alumnos, en función de las creencias de sus padres.
Aspiramos al reconocimiento de la laicidad como un valor democrático en pie de igualdad con otros ya consagrados, como la libertad de expresión, por ejemplo. La laicidad constituye hoy en día un verdadero termómetro para medir la salud democráctica de una colectividad y éste indica que las sociedades actuales están enfermas.


2. ¿Cuál ha sido vuestra actividad hasta ahora?
Aparte de acciones puntuales contra la presencia de la religión en las aulas, nuestro objetivo primordial, hemos llevado a cabo durante el año 2002 una intensa campaña, con cierta repercusión en medios de comunicación nacionales, contra la presencia de símbolos religiosos en los centros educativos públicos. La polémica empezó en el propio colegio donde estudian nuestros hijos, en el que aún hoy hay crucifijos en las aulas, bibliotecas, etc. Tras solicitar la retirada de los mismos, sin conseguirlo, nos dirigimos al Defensor del Pueblo Andaluz, quien emitió un informe reconociendo que la presencia de símbolos religiosos en las aulas ‘podía lesionar un derecho constitucional como la libertad de conciencia’ y que ‘debían ser retirados si así lo solicitaba un padre o alumno del centro’. Con este informe en la mano nos dirigimos a los medios de comunicación y a las autoridades educativas. La Consejera de Educación y Ciencia (el gobierno autónomo de Andalucía es del PSOE), haciendo caso omiso del informe del Defensor, emitió un informe en el que se sostenía que eran los Consejos Escolares de los centros educativos quienes debían dirimir el asunto. Los símbolos siguen ahí.
Hemos mantenido entrevistas con representantes políticos del PSOE, cuya gestión, en este terreno, no ha distado en la práctica de la llevada a cabo por el Partido Popular, o sea, la derecha política.
Pero, sin duda, nuestra principal actividad consistió en la organización del Primer Encuentro Nacional por la Laicidad en España, celebrado en Motril (Granada) durante los días 13 y 14 de julio de 2001, con la estrecha colaboración de Europa Laica. Hubo ponentes procedentes de diversos lugares de España y Francia –Bruno Courcelle Inane(Vicepresidente de la Universidad de Burdeos), Francisco Delgado Ruiz (Diputado Constituyente durante los años 1977-1979, ex presidente de CEAPA), Miguel Fernández Sañudo (de “Europa Laica”), Juan Francisco González Barón (Presidente de “Europa Laica”), Antonio Gómez Movellán (miembro de “Europa Laica”), Dionisio Llamazares Fernández (Catedrático de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, ex director general de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior), Javier Otaola Bajeneta, Henri Pena-Ruiz (Profesor de filosofía en el Lycée Fénelon y Maestro de Conferencias en el Instituto de Estudios Políticos de París), José Antonio Pérez Tapias (Profesor de filosofía en la Universidad de Granada), y yo mismo en representación de nuestra Asociación—, y la asistencia de ciento veinte participntes y de diferentes asociaciones con objetivos comunes. La Asociación Pi y Margall quiso con estas jornadas unir esfuerzos en favor de una escuela y una sociedad laicas, e iniciar una andadura que se anunciaba larga y no exenta de dificultades e incomprensiones en un Estado como el nuestro acostumbrado al monopolio de la religión católica durante muchos años, siglos. Se abrió con ello un debate en torno a la laicidad, o a la falta de laicidad en el caso español, más allá del ámbito estrictamente educativo.
Este Encuentro constituyó un foro adecuado para hacer un diagnóstico acerca de la implantación real del carácter aconfesional del Estado Español, reconocido en el artículo 16.3 de nuestra Constitución, con una aproximación a los distintos ámbitos sensibles al mismo –con especial interés el educativo– y el establecimiento de un análisis comparativo con los diferentes Estados Europeos. Fue también un lugar de encuentro de las diversas asociaciones y colectivos que en la actualidad trabajan para hacer realidad lo que todavía hoy constituye un proyecto. Se palpó la diversidad, el dinamismo y el gran arraigo de las ideas del laicismo en la sociedad, detectándose también el divorcio existente, en este aspecto, entre las fuerzas políticas y la sociedad civil que pretenden representar.
En el Encuentro estuvieron presentes, además de las ya citadas, la “Asociación Aspuela”, de Chiclana de la Frontera, el “Colectivo Escuela”, de Granada, “Derecho y Laicidad”, de Madrid, el “Colectivo Galileo”, de Úbeda, la “Liga jiennense de la Educación y la Cultura Popular”, “Fapa” de Albacete, “Ecologistas en Acción”, el sindicato CGT, y “Europe et Laïcité”, de Francia.
Todos expresaron su deseo de que el Encuentro fuera el inicio de una senda por la laicidad que conduzca hacia una consecución efectiva de la aconfesionalidad de nuestro Estado como marco donde las diferentes opciones ideológicas convivan en respeto mutuo. En las ponencias y debates se constató que la situación actual no permite hablar de una aconfesionalidad real del Estado Español. Es más, se percibe un retroceso en la misma como consecuencia de la presencia de la Iglesia Católica en los órganos y estructuras del Estado y su cada vez mayor participación en los procesos de toma de decisiones. Se reivindicó la implantación de un Estado laico cuyos valores sean la libertad de conciencia, la igualdad entre los ciudadanos, al margen de sus convicciones religiosas, y la autonomía de juicio, cultivada gracias a una escuela pública y laica, depositaria de la cultura universal. La práctica religiosa ha de ser libre, pero circunscrita al estricto ámbito privado. Así quedó plasmado en el MANIFIESTO DE MOTRIL, surgido de dicho Encuentro, en el que se pide la ruptura de los actuales acuerdos entre la Iglesia Católica y el Estado Español de 1976 y 1976, y la eliminación de la asignatura de religión como enseñanza curricular.
Las Actas de estas jornadas fueron publicadas y pueden adquirirse dirigiéndose http://www.piymargall.org
Otros encuentros similares se han desarrollado desde julio de 2001. Así el organizado en Madrid por la Fundación Cives y la Ceapa, celebrado los días 10 y 11 de noviembre bajo el título: <>, con la asistencia de Fernando Savater, Eulalia Vaquero y Luis Gómez Llorente. Asimismo, han surgido nuevas asociaciones, como “Ateus de Catalunya”, la “Plataforma por una Escuela Laica”, en Albacete, o la “Asociación Laica”, de León, que, unidas a las ya citadas y a otras que vienen defendiendo la laicidad, como “Escuela Laica”, de Zaragoza, la “Liga Española de la Educación y de la Cultura Popular”, o el “Moviment Laic i Progressista”, de Barcelona, nos confirman tanto en el vigor del movimiento laicista español, como en la necesidad de coordinar voluntades e iniciativas, pues, actualmente, adolece de una excesiva disgregación.
La celebración del IIº ENCUENTRO NACIONAL SOBRE LAICIDAD durante julio de 2002 nos ha llenado de esperanza. Consciente de la importancia de que lo ya iniciado tenga continuidad en sucesivas convocatorias anuales para dar vigor al movimiento laicista español, la “FUNDACIÓN FERRER I GUARDIA” que, junto a “Esplais Catalans”, “Escola Lliure El Sol” y la “Asociació de Casals de Joves de Catalunya”, forman el “Moviment Laic i Progressista”, ha organizado este nuevo encuentro en Barcelona, bajo el título “Laicidad y derecho al espacio público”.

3. ¿Cómo explicáis el interés actual de ciudadanos españoles por la laicidad, que se manifiesta en la creación de varias asociaciones por toda España?
Como una reacción, minoritaria pero vigorosa, a la nueva vuelta de tuerca clericalista llevada a cabo por el Partido Popular, que ejerce como verdadero brazo político de la Iglesia Católica y gobierna con mayoría absoluta. Este clericalismo gubernativo se abre paso en ámbitos tan sensibles como el de la educación: más fondos para los colegios privados, fortalecimiento de la relgión en los currículos oficiales con, por ejemplo, su implantación en infantil (3 a 6 años) o el progresivo reconocimiento profesional de los ‘catequistas’ como profesores de pleno derecho.
Otros factores que han influido en este reverdecimiento del movimento laicista –con una importante tradición en nuestro país a principios del siglo XX, truncada con la Guerra Civil y la dictadura de Franco–, ha sido la presencia cada vez mayor de inmigrantes procedentes de otras culturas.
También ha contribuido el uso cada vez más descarado de la religión como pedestal para conseguir votos. Así, ha sido frecuente ver en los últimos diez años a líderes socialistas acudir a Roma a rituales de canonización o sosteniendo el báculo a obispos en ceremonias religiosas con tal de aparecer junto al poder religioso. Muchos ciudadanos vemos con asombro cómo asuntos que habían quedado aparentemente cerrados durante la transición política –presencia de cargos públicos en los desfiles procesionales, por ejemplo¬, o presencia abusiva de rituales religiosos en las radios o televisiones públicas–, han emergido ahora con más fuerza que nunca.

4. ¿Pensáis que el tema de la separación de iglesias del Estado puede movilizar a los ciudadanos de los países del continente europeo?
En este terreno no creo que nadie pueda ser optimista, dada la presencia de la derecha en muchos gobiernos europeos y la debilidad ideológica que presenta la única alternativa que actualmente hace de alternativa a esa derecha, o sea, la socialdemocracia. Si a esto añadimos el cada vez mayor poder mediático de la Iglesia Católica, el panorama resultante es poco alentador. No obstante, ésta es una reivindicación que irá ganando fuerza y sentido en una Europa cada vez más diversa o menos monolítica culturalmente. Tal vez el laicismo debería tener un papel más destacado entre las reivindicaciones de los movimientos alternativos y antiglobalización, pues detrás de toda globalización económica y política hay una religiosa que le sirve de sustento ideológico.

5. ¿Qué proyectos tenéis para el próximo período?
Nuestro primero objetivo es conseguir un fortalecimiento de la Asociación con un mayor número de socios. Nosotros contamos con muchas personas que simpatizan y comparten nuestros objetivos, pero que les cuesta dar el paso siguiente y alcanzar un grado mayor de compromiso.
Este curso continuaremos los frentes que aún permanecen abiertos (como el de los símbolos religiosos en las escuelas y la presencia de la religión en las mismas). Además participaremos en la organización del movimiento laicista español con nuestra integración en la Red de Asociaciones Laicistas que se va a constituir próximamente en Madrid. Éste fue un proyecto surgido en el IIº Encuentro Nacional sobre Laicidad (Barcelona) y obedece a la necesidad de unir nuestras fuerzas en la tarea común de evitar que el deterioro del derecho a la libertad de conciencia continúe en España y en toda Europa. En este sentido, la elaboración de la Carta Magna Europea es un reto importante para todos.
Abril de 2005


2 º Encuentro nacional por la laicidad en España 
(Barcelona, julio de 2002) 


Comunicado para el encuentro de Barcelona 
(verano de 2002)

La idea de este comunicado es presentar las acciones que la asociación ha venido realizando desde del encuentro realizado en verano, y articular una propuesta de acción concreta para que sea discutida en el encuentro de Barcelona.



Al concluir el Primer Encuentro Por la Laicidad en España, la asociación elabora un documento base que, tras un proceso de debate, acabó convirtiéndose en el Manifiesto de Motril. La idea de este manifiesto era retomar algunas de las conclusiones que se habían presentado en el encuentro, impulsar un debate sobre el estado de la cuestión en la que se encuentra la laicidad en España e indicar algunas líneas de acción que estuviesen encaminadas a hacer realidad nuestro objetivo último: la reafirmación del carácter laico del Estado y de sus instituciones

La Asociación Pi y Margall nace, básicamente, como una asociación que pretende defender los derechos que asisten, por un lado, a los padres y madres que no desean que sus hijos cursen materias de contenido religioso, y, por otro, a los alumnos y alumnas que no cursan este tipo de materias. Consideramos que una parte importante de estos derechos están ya recogidos en la propia ley que regula el sistema educativo. Partiendo de este supuesto, y dado que la asociación surge por la preocupación ante estos problemas de un grupo de padres y madres que tienen a sus hijos e hijas matriculados en un colegio público, desde la asociación se iniciaron una serie de acciones encaminadas a que se retirasen los símbolos religiosos del Colegio Público Virgen de la Cabeza. Al margen de las peticiones por escrito presentadas ante la dirección del centro, la Asociación decidió enviar una consulta al Defensor del Pueblo Andaluz. De la contestación, como era de esperar ambigua, que en su día nos diera el Defensor del Pueblo consideramos que los siguientes apartados podrían ser usados para defender nuestros objetivos:

Así, hemos señalado que la existencia de símbolos religiosos en un centro docente público es acorde al texto constitucional, desde el momento en que no son impuestos a aquellos que profesan creencias o confesiones diferentes a la simbolizada. Ahora bien, ¿puede seguir sosteniéndose esta ausencia de coacción o de imposición cuando el símbolo está colocado en un lugar –las aulas– a las que necesariamente han de acudir todos los alumnos para recibir enseñanza?
Parece que la respuesta a esta pregunta deber ser negativa. En efecto, la colocación de un símbolo religioso en la pared de un aula impregna de su significado a cuantas personas se encuentran en el citado aula, sin permitir diferenciación alguna para las personas que profesen diferentes confesiones o creencias de la simbolizada. Obligando, por tanto, a éstas personas a soportar su identificación necesaria con un símbolo que entienden no representan su creencia religiosa.
Abundando en esta apreciación, hemos de señalar que estaríamos ante un ejercicio ilegítimo de las facultades positivas que conforman el derecho a la libertad religiosa, por parte de los miembros de una determinada confesión religiosa, desde el momento en que, en su ejercicio, están vulnerando el contenido esencial del ámbito negativo de las facultades de este derecho fundamental de las demás personas.
Podría decirse que dicha vulneración se evitaría si se permitiera a los miembros de otras confesiones o creencias colocar en el mismo aula sus propios símbolos religiosos. Sin embargo, dicha solución, si bien acorde con el principio de no discriminación que constituye otro de los límites del derecho a la libertad religiosa, podría llevarnos a una situación práctica difícilmente sostenible, con las aulas escolares repletas de simbología religiosa de diverso origen, a la vez que supondría una vulneración, de imposible solución, del principio de no discriminación respecto de las personas cuya creencia religiosa consista precisamente en la ausencia de la misma, los cuales únicamente pueden ver garantizado su derecho a la libertad religiosa con la ausencia total de simbología confesional.
En consecuencia, parece claro que la única forma de garantizar el respeto de todos los aspectos que inciden en la determinación del derecho a la libertad religiosa, pasa por la eliminación de toda simbología religiosa en los Centros docentes públicos que no se encuentre en los lugares específicamente habilitados al efecto, o que no sea colocada especialmente para la impartición de la formación religiosa, siempre que, en este caso, se retire una vez terminada la docencia, cuando en el mismo aula haya de impartirse otra disciplina académica.
A modo de conclusión de esta reflexión, podemos destacar las siguientes consideraciones:
(...)
- La existencia de símbolos religiosos en los centros docentes públicos no vulnera el derecho a la libertad religiosa de las personas de distinta confesión, en la medida en que los mismos se encuentren situados en los lugares especialmente destinados al culto o la enseñanza religiosa, o se coloquen en lugares que individualicen a su portador: pupitres, carteras, carpetas, prendas de vestir, etc.

- Los símbolos religiosos colocados en aulas donde se imparta enseñanza de asistencia obligatoria, en Centros docentes públicos, puede vulnerar el derecho a la libertad religiosa de las personas y, por tanto, deben ser retirados cuando así lo solicite alguno de los que se consideren afectados.

Con este informe del Defensor, nos dirigimos de nuevo a la dirección del Centro Escolar exigiendo la inmediata retirada de los símbolos religiosos de aulas, biblioteca y otros espacios de uso compartido. Dado que la respuesta del Defensor del Pueblo no era del todo concluyente, ni posee carácter vinculante, el director se dirigió a la Delegación Provincial de Educación y Ciencia de Granada para que ésta se manifestara. La Delegada de Educación, a su vez, elevó la consulta directamente a la Consejería de Educación, manifestándose finalmente esta Consejería a través del Director General de Planificación Educativa quien, en escrito remitido, a través de la Delegación Provincial de Granada al director del Colegio Público Virgen de la Cabeza, sostiene que la decisión acerca de los símbolos religiosos debe de ser adoptada en el seno del Consejo Escolar del centro. La propia Consejera de Educación, Cándida Martínez, en una reunión celebrada con los directores de los colegios públicos de Motril, ratifica las palabras de su Director General e insiste en que sea el Consejo Escolar quien decida en este caso.
Sin embargo, el Consejo Escolar del Colegio, creemos que con buen criterio, opta por no tomar decisión alguna al respecto, entendiendo que no se encuentran entre sus competencias decidir sobre un asunto que afecta a un derecho constitucional como es la libertad de conciencia, como se recoge en el propio informe del Defensor del Pueblo.
Nosotros interpretamos la solución propuesta por la Consejería de Educación como la constatación de una falta de voluntad política para afrontar el problema; además, consideramos que esta “solución” es incompatible con lo manifestado por el Defensor del Pueblo. Para nosotros, la presencia de símbolos de contenido religioso en los centros de enseñanza de titularidad pública debe estar regulada en una ley que, como tal, ordene esta materia en todos los centros. Evidentemente, la única forma de garantizar el derecho de aquellas personas que han decidido llevar una vida al margen del fenómeno religioso, además de evitar conflictos y situaciones absurdas en los centros de enseñanza, pasa por la retirada de los símbolos religiosos.

Los distintos acontecimientos que han sucedido en éste país en torno al papel que la Iglesia juega en la educación, permitieron que el debate se enmarcara en un contexto más amplio, de manera que, si bien la situación en el centro no es la que quisiéramos, puesto que los símbolos religiosos siguen expuestos en algunas dependencias del centro, sí consideramos positivo el hecho de que nuestras acciones pudieran contribuir, de alguna manera, a reactivar un debate mucho más profundo y genérico sobre la intromisión de la Iglesia en el sistema educativo.

En este estado de cosas surge en el seno de la asociación un intenso debate sobre la estrategia a seguir. De un lado, cabe la posibilidad de llevar una línea de acción más directa, aprovechando el interés que en los medios de comunicación suscita este tipo de cuestiones. Y de otro, se plantea la necesidad de iniciar contactos con fuerzas políticas, evidentemente con aquellas que tradicionalmente se consideran o se autodenominan de izquierdas, que puedan asumir una parte central de nuestros planteamientos y, llegado el momento, ponerlos en práctica.

El debate que se mantiene en la asociación es intenso, rico y, en algunos momentos, como es menester en estos casos, se desarrolla con cierta fogosidad. En él se cuestiona la viabilidad, en términos de rentabilidad política para la asociación, y el coste emocional, especialmente para los padres y madres que tienen a sus hijos e hijas en el centro, que supone mantener o aumentar la tensión que se había generado al denunciar la situación que se dada en el colegio. La decisión que se adopta es la de iniciar una serie de contactos con autoridades políticas, intentando a la vez, y siempre dentro de nuestras posibilidades, mantener vivo el estado de la cuestión participando en foros, debates y emitiendo comunicados en la prensa. Fruto de estos contactos es la reunión que se tiene en el Parlamento Andaluz con Doña Aurora Atocha, Portavoz Parlamentaria del Grupo Socialista en la Comisión de Educación y con Don Manuel García Albarral, parlamentario motrileño de P.S.O.E. Hay que decir que en la asociación siempre fuimos conscientes de que no cabía esperar grandes resultados de este tipo de reuniones, y con este talante nos presentamos en Sevilla. En la reunión que se mantiene con la Portavoz de Grupo Socialista, habría que destacar la actitud receptiva, incluso de afinidad con nuestras propuestas. Se nos manifiesta la posibilidad de constituir un grupo de trabajo en el que se abordarían los problemas que planteamos, y en el que, junto a técnicos de la Consejería, estarían algún representante de nuestra Asociación. Aún no hemos tenido noticia alguna de la creación de esa supuesta comisión o grupo de trabajo y tampoco se nos ha invitado a foro de debate alguno.

Se acuerda también estudiar el inicio de acciones legales ante la Fiscalía –y así se anuncia públicamente en rueda de prensa–, ya que consideramos que la Consejería de Educación y Ciencia, al inhibirse en este asunto, puede estar consintiendo la vulneración del derecho a la libertad de conciencia de los alumnos, por no atender el requerimiento hecho por un grupo de padres, aun conociendo el contenido del informe del Defensor del Pueblo, que, en efecto, reconoce que “estaríamos ante un ejercicio ilegítimo de las facultades positivas que conforman el derecho a la libertad religiosa”.

Durante el mes de abril, coincidiendo con el plazo de preinscripción en los centros educativos, nuestro trabajo se centra en llevar a cabo una campaña en los centros escolares destinada a los padres y madres para informarles de las condiciones que rigen la enseñanza de la signatura de religión y de las alternativas que la propia ley que regula esta materia establece para aquellos alumnos que no deseen cursar esta asignatura. También colaboramos con la Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Motril en la confección de un folleto en defensa de la Escuela Pública bajo el lema “Escuela Pública, Escuela de Tod@s”, donde se hacía hincapié en el carácter aconfesional que debe caracterizar a la escuela pública.


Propuestas para el encuentro de Barcelona



La asociación Pi y Margall propone la creación de una plataforma estatal que se plantee la consecución de un objetivo claro y preciso. Ese objetivo podría ser iniciar una campaña a favor de la retirada de los planes educativos de la asignatura de religión o la denuncia y la exigencia de revisión (anulación) de los acuerdos entre España y la Santa Sede.

Para que esta plataforma sea eficaz proponemos el siguiente plan de trabajo:

1) Si se decide apoyar la idea de una Plataforma estatal, determinar el objetivo preciso que se propone alcanzar.
2) Una asociación debe asumir las tareas de coordinación de la plataforma. La idea sería la de centralizar el trabajo a través de una organización o asociación para que ésta realizara las tareas de coordinación y de difusión de las actividades a desarrollar y de los logros obtenidos.
3) Realizar un listado de organizaciones que se sumarían o darían su apoyo a la plataforma y hacerlo público, así como recoger firmas y adhesiones de personajes que tuviesen relevancia política, intelectual o institucional.
4) Diseñar un plan de trabajo con objetivos claros y secuenciar los pasos a seguir (recogida de firmas, reunir fondos, realizar los contactos necesarios para analizar la situación jurídica o legal del objetivo que nos planteamos, campaña de difusión en los medios de comunicación, creación de una página web de la plataforma que sirva para mantenernos informados y para difundir nuestro proyecto…)
5) Cada una de las asociaciones que apoye la plataforma debe comprometerse a realizar acciones concretas y a informar a la coordinadora del proceso que está siguiendo y de los logros obtenidos.

Junio de 2002