martes, 22 de abril de 2025

Pobres en un sentido amplio



Según el obispo García Magán, portavoz de la Conferencia Episcopal Española, el Papa Francisco ha estado de parte de los pobres, pero, eso sí, "entendiendo pobreza en un sentido amplio, no solo material". 

¿A qué se refiere monseñor?

Cuando Cristo, en el Evangelio de Mateo, sostiene que es muy difícil que un rico entre en el reino de los cielos (Mateo, 19: 23-30), ¿utiliza él también el término "rico" en sentido amplio? El contexto de la cita, sin embargo, no parece inducir a error. Ya saben, lo del camello y el ojo de la aguja. Pero, por si acaso alguien albergaba alguna duda, Jesús, que era muy didáctico, nos anima, dos líneas más abajo, a dejar casas y tierras para ser dignos de seguirle. 

Es la pobreza evangélica, de la que hablaron teólogos como Ignacio Ellacuría y monseñores como Óscar Arnulfo Romero, mártires ambos de la pobreza y de la justicia social en un sentido amplio, ahora sí. Así lo entendieron otros teólogos de la liberación como Juan Antonio Estrada, José Tamayo o Leonardo Boff, severamente amonestados por Juan Pablo II, elevado a la dignidad de los altares por la artrítica Iglesia Católica, investida de improviso para hacerlo de una juvenil presteza, tan gallarda como exultante. Así lo entendió, en fin, Francisco de Asís, tan pobre (¿de espíritu?) que, como un nuevo Diógenes, estimó que su raído sayo constituía ya un lujo excesivo. Y fue de este Francisco de quien tomó el nombre el difunto papa Bergoglio. 

Francisco defendió a los pobres, a los marginados, a los excluidos y a los migrantes africanos  que dejan sus vidas en el Mediterráneo, e, indignado, exclamó: "¡Vergogna!" ("¡Vergüenza!").También habló de la crisis climática y en su Laudate Deum la consideró el primer problema del género humano. 

¿Se estaría refieriendo el Santo padre, no a un cambio de modelo social y económico, sino a un cambio de espíritu? 

Pobre de espíritu es quien, careciendo de las virtudes esenciales (prudencia, paciencia, moderación y compasión), es incapaz de diseñar un proyecto de vida buena compatible, en un mundo de recursos limitados, con los proyectos ajenos, tanto del próximo como del distante. 

¿Es el de monseñor Magán el magisterio de la madre Iglesia? En caso de serlo, es un magisterio torticero y fullero. Yo creo que como ejemplos de pobreza de espíritu ya contamos con Donald Trump, con Elon Musk y con toda su camarilla de España y Europa. Porque muy pobre de espíritu ha de ser quien sitúa el dinero en la cúspide de su axiologia personal. Sin duda, Francisco era demasiado woke para ellos. 

Cuando el señor Magán habla de pobreza de espíritu, tal vez esté pensando en sí mismo, pues a las claras está que él también constituye un buen ejemplo; y, de paso, comienzan en la Conferencia a apropiarse de la figura de este pontífice valiente que ya no puede replicar. 

Vergüenza deberían sentir. 

www.filosofiaylaicismo.blogspot.com

5 comentarios:

  1. No sorprende que la jerarquía eclesiástica, una vez más, intente diluir el mensaje radical del Evangelio y del Papa Francisco hablando de una "pobreza en sentido amplio" que, en la práctica, sirve para lavar su complicidad con los poderosos. La historia de la Iglesia institucional es, en gran medida, la historia de una alianza con las élites: desde los emperadores romanos hasta los señores feudales, desde los conquistadores coloniales hasta los magnates neoliberales de hoy.

    ¿Dónde estaba la Conferencia Episcopal cuando los obispos callaban ante las dictaduras que masacraban a los pobres en América Latina? ¿Dónde están ahora cuando el sistema económico global condena a millones a la miseria mientras bendice los privilegios de unos pocos? El Papa Francisco, con su defensa de los migrantes, su denuncia de la desigualdad y su crítica al capitalismo salvaje, fue una excepción incómoda para una curia más preocupada por mantener sus privilegios que por escuchar el clamor de los excluidos.

    Hablar de "pobreza espiritual" mientras se silencia la pobreza material es un engaño teológico. Cristo no negoció con los ricos: les dijo que era más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja que ellos entraran en el Reino. Los mártires como Romero y Ellacuría lo entendieron bien, y por eso los mataron. Mientras, la jerarquía sigue repitiendo discursos vacíos, cómodamente instalada en sus palacios y sus concordatos con el poder.

    Si de verdad creyeran en el Evangelio, estarían en las calles, junto a los pobres, exigiendo justicia, pero su hipocresía raya en el cinismo y por eso prefieren el "sentido amplio", ese que no incomoda a nadie... excepto a quienes aún esperan una Iglesia del pueblo y para el pueblo.

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  2. No les ha ido mal con esta estrategia. No parecen dispuestos a enmendarla. Gracias por tus comentarios

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  3. http://economiayantropologia.blogspot.com/2025/04/morir-en-el-credo.html22 de abril de 2025, 10:55

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  4. Como aquel libro titulado 'El dardo en la palabra', con esa finura de bisturí quirúrgico habla usted, Ángel Ramírez.

    Por supuesto que aplaudo sus sabias ironías, porque ni más ni menos que de hipocresía se podría catalogar eso que se está diciendo sobre el hombre llamado Jorge Mario Bergoglio (que encuentre reposo, por supuesto): Que ha sido el papa de la preocupación por los pobres (¿y del ocuparse?), o que ha sido el papa de la preocupación por el medioambiente (¿y del ocuparse?).

    ¿En un mundo con recursos escasos, dice usted? Pues claro, pero no en ese micro estado llamado Vaticano, ni aún con Jorge Mario Bergoglio, hombre, dentro. En este lugar, como en ningún otro del ancho orbe, se produce aquella problemática sobre la que alertó Gandhi:

    "El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero demasiado pequeño para la codicia de algunos."

    Siga usted aplicando el bisturí con precisión de cirujano, como suele, en los temas que le preocupan, que yo seguiré leyéndole con sumo interés.

    Gracias.

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  5. Gracias, José Ramón, por tus generosas palabras

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