jueves, 9 de septiembre de 2021

Ateísmo digital

Mi colega asturiano Luis Iglesias Huelga, poeta además de profe, parafrasea a Nietzsche proclamando que "el algoritmo ha muerto y lo hemos matado nosotros" (entrevista en la revista digital Filco.es). 

Aunque, como el Loco en Así habló Zaratustra, llegas demasiado pronto, ¡cuánta razón tienes! Los ateos de ahora rechazamos tener canal abierto en YouTube, o cuenta en TikTok, Facebook, Twitter o Instagram, y nos recogemos en un anonimato sospechoso que despierta recelos por doquier. Lean, si no, lo que escribe el profesor José Antonio Pérez Tapias en su Internautas y náufragos (página 88. Trotta. 2003):

"Ante el auge de la religión digital, quizá tengamos que reactualizar el diagnóstico del desencantado Freud de El malestar en la cultura (en su obra anterior El porvenir de una ilusión, aún pensaba que una humanidad que saliera de su infantilismo psíquico, entre otras cosas gracias a la ilustración crítica proporcionada por la ciencia, dejaría atrás las falsas ilusiones religiosas) acerca de los efectos narcotizantes de la religión, inerradicable por su imprescindible función de estabilización social, realizada gracias a la exitosa combinación en la religión como "delirio colectivo" de la necesaria represión con la compensación de la misma mediante gratificantes ilusiones. Todo hace pensar que en el mundo de la globalización economicista a la que asistimos, el nuevo orden busca su estabilización apoyándose también en el digitalismo como nueva "religión oficial", cuya versión sofisticada como nueva gnosis es la que elaboran las élites iniciadas para expresar sus ilusiones de un mundo armónico, pero que cuenta con su respectiva versión de "platonismo para el pueblo", capaz de llegar a las masas en un formato más aligerado, apto para el consumo, y en todo caso consonante con el ciberimperio que tiene en los Estados Unidos su sede y en Silicon Valley el remoto santuario donde se guardan sus más arcanos secretos. No obstante, también esa "nueva ciudad de Dios" que se construye a base de conexiones telemáticas no deja de alimentar en su seno un insoportable malestar."


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