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miércoles, 29 de noviembre de 2023

Porque no es rentable

Con ese argumento ha justificado Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, la venta de las residencias de tiempo libre que la Junta ha venido gestionando durante las últimas décadas. "Solo" 18.000 personas se han alojado en estas residencias en el último año y "supone un coste por estancia y día de 175 euros con independencia de si hay ocupación o no".

Yo pasé una semana en una de ellas hace más de veinte años, la de La Línea de la Concepción. Mis hijos tenían 7 y 3 años. El alojamiento era en régimen de pensión completa. La calidad del servicio era más que aceptable, si bien las instalaciones eran austeras. Desde la residencia hicimos excursiones magníficas a la playa de Bolonia a conocer sus dunas y el yacimiento romano de Baelo Claudia, a Tarifa o al parque de los Alcornocales. Y procurábamos regresar con tiempo para el menú saludable y económico que ofrecían a diario. Como nosotros, otros muchos ciudadanos con recursos limitados disfrutaban cada año de estos recintos vacacionales. 

Ningún servicio público es rentable económicamente, pues su razón de existir es universalizar un derecho, de manera que llegue a quienes no pueden pagárselo. Y el ocio también lo es. Ya lo señaló Paul Lafargue hace más de cien años, haciendo de contrapeso a la defensa del trabajo como realización de nuestra humana condición que planteaba Karl Marx, su suegro. 

Y resulta más sarcástico aún que la venta de estos establecimientos de recreo se haga en medio de la apología general al turismo, el nuevo bálsamo de Fierabrás llamado a remediar cualquier calamidad económica. Todo parece indicar que el neoliberalismo pretende dejar expeditos al negocio privado los ámbitos de la salud, la educación, el transporte, las pensiones... y el ocio, en pos de una sociedad cada día más endurecida, inhóspita y excluyente, que parece decidida a universalizar la miseria. 

Criar hijos y educarlos es ruinoso, así como cuidar a los enfermos o a los ancianos, pero entendemos que son empeños necesarios en los que nos jugamos nuestra propia humanidad.  El pacto social que conduce al Estado de derecho se basa en un acuerdo de cesión mutua y generosa entre los fuertes, que son minoría, y los más, los débiles. Lo opuesto es la ley de la selva, el derecho del más fuerte, que es la negación del derecho, o, en otras palabras, la cruda libertad de mercado sin regulación estatal alguna. 

Si no queréis construir cárceles mañana, abrid hoy escuelas, recomendaba Concepción Arenal. Pero aquí ya las están cerrando porque no son rentables. Milei lo ha dicho bien claro en una Argentina con más de un tercio de sus ciudadanos en riesgo de pobreza: el que quiera salud y educación que se la pague. Pero, como escribe el filósofo israelí Yuval Noah, ser patriota es defender lo público. 

www.filosifiaylaicismo.blogspot com


4 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo, querido amigo Ángel. Estamos adormilados y nos están quitando la cartera.

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  2. La educación si que puede ser un buen negocio y bastante rentable. Que lo digan si no los de las escuelas concertadas y privadas...

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