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sábado, 5 de mayo de 2012

Paulo Freire: con rabia y amor


           Paulo Reglus Neves Freire es su nombre. Hacemos referencia al nombre completo del educador –tan conocido como Paulo Freire- para compartir nuestra comprensión de que la forma reducida usualmente empleada para su nombre propio, a veces de modo un tanto impropio, reduce igualmente las contribuciones del autor al ámbito de la educación de jóvenes y adultos o bien a las prácticas de educación no formal. Pretendemos reiterar la actualidad de la praxis y la obra de Freire como fuente inagotable de posibilidades sin límites en diferentes espacios educativos.
            Importa considerar, con base en el propio autor, que las condiciones de posibilidad o imposibilidad son históricas y que su comprensión de la historia como posibilidad abierta nos desafía a realizar lo inédito-viable, es decir, a la creación de condiciones personales e institucionales para que podamos transformar lo imposible de hoy en un futuro posible.
            Con Freire, a través de nuestro anual Fórum de Estudios: Lecturas de Paulo Freire, buscamos la explicitación de evidencias que den visibilidad a la idea de que las élites, que organizan y distribuyen el poder institucional, poseen mecanismos de formación para el mantenimiento y consolidación del modelo socio-económico vigente. Excluyen ideas y personas contestatarias por la construcción de modelos culturales, o bien por la producción de violencias diversas. Uno de esos excluidos es Freire.
             Un grupo de personas de Rio Grande do Sul se reconoce y se encuentra, desde 1990, en dicho Fórum investigando, reflexionando y (re)significando sus indignaciones e indagaciones, apoyándose en Freire. Él es un filósofo que da consistencia a la pedagogía y fomenta prácticas colectivas que posibiliten la transformación social. Freire nos muestra que la actividad pedagógica dominante presente en escuelas “democráticas, está firmemente asentada en un orden social liberal-capitalista que reproduce las desigualdades sociales a nivel ideológico, (…) bajo la bandera de la autonomía individual y la libre competencia del mercado capitalista” (McLaren, 1999).
            El programa político-pedagógico de Freire fortalece la construcción contra-hegemónica, necesaria para enfrentar fatalismos culturales opresores, cuando se imponen como único expediente. La importancia de la educación está en la reconstrucción “de la cultura del oprimido, particularmente a través de la noción de elaboración sistemática del conocimiento popular (…) como instrumento de lucha contra-hegemónica”. (Torres, 2000).
            A diferencia del modelo cartesiano, Freire no busca la verdad inamovible, sino su construcción histórica. El sujeto tampoco es comprendido bajo la perspectiva occidental-racionalista, sino como ser histórico que se va constituyendo, sin negar la dimensión ontológica que lo sustenta.
            Freire escribe con rabia y amor, porque defiende la tolerancia, no lo intolerable; porque hace radical crítica al radicalismo; porque, cuando se rechazan el sueño y la utopía, rescata la formación crítica, en que la historia es fascinante aventura de desvelamiento de la verdad y no determinismo; porque critica la democracia cuando no pasa de democratización indecente; porque la esperanza, dimensión ontológica humana, es lo que obstinadamente lo coloca ante los imperativos de la existencia histórica; porque cree en la posibilidad de los inédito-viable que nos desafía a romper redes de opresión. Tomamos de Freire la inspiración y la justificación que lo llevarán a escribir Pedagogía de esperanza. En el contexto de desvergüenza y desesperanza que encuentra en el Brasil sometido a la dictadura, escribe: “sin negar la desesperanza como algo concreto y sin desconocer las razones históricas, económicas y sociales que la explican, no entiendo la existencia humana y la lucha para hacerla mejor sin esperanza. La esperanza es una necesidad ontológica.” (Freire, 1994).
            Habla del nuevo concepto de autoridad, capaz de superar autoritarismos; de un nuevo concepto de autonomía, que niega y supera el concepto requerido por los actuales modelos de producción y consumo y que va al encuentro de la producción crítica de la ciudadanía; del nuevo concepto de libertad, no abstracto o formal; del nuevo concepto de metodología de investigación, que es crítica y propositiva, que busca encuentros con las metodologías alternativas y que supera el maniqueísmo entre paradigmas cuantitativos y cualitativos.
            Nosotros “queremos marchar todo el tiempo, noche y día, en compañía del ser humano, de todos los seres humanos”. Dejemos a Europa que no cesa de hablar del hombre mientras que lo masacra por todas partes (…), en todas las esquinas de sus propias calles, en todas las esquinas del mundo”; una Europa que asumió la dirección del mundo con “ardor, cinismo y violencia”, manteniendo “un diálogo consigo misma, un narcisismo cada vez más obsceno (…)”, sin olvidar tampoco el mundo norteamericano. (Fanon, 1979).
            Freire hace de su oficio un deber-ser porque estaba siempre atento a la deshumanización, indignado y educando en el derecho y el deber a la indignación. Parece sugerirnos que nos formaremos como educadores en un doble mirar: de un lado hacia las manifestaciones de humanización, y, de otro, hacia el reconocimiento de la deshumanización como posibilidad y realidad histórica.
            Dejó que los oprimidos fueran sus ‘educadores’, los inspiradores de su pedagogía, de sus concepciones teóricas, de sus prácticas y, sobre todo, de su perfil de educador. Freire es referencia que hace posible pensar en la construcción de un mundo en que se constituyan condiciones de posibilidad para la igualdad y el respeto a las diferencias. Por eso quiere educadores dispuestos a la intervención social, analistas sociales investigadores de su propia práctica que actúan en situación, en contexto. Y también reflexivos, capaces de tomar su quehacer docente como proyecto pedagógico e investigativo permanente y que, en confrontación con referencias teóricas diversas, son capaces de revisar prácticas y provocar intervenciones que propicien comportamientos a favor de cambios en la organización social.
(Texto basado en Gomercindo Ghiggi y Ana Lúcia Souza de Freitas, “Fonde das possibilidades sem limites”, Leituras de Paulo Freire, Mundo Jovem-Edipucrs, Porto Alegre, 2011)
-          Freire, Paulo. Pedagogia do oprimido. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1987; Pedagogia da esperança. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1994; Pedagogia da autonomia: saberes necessários à prática educativa. Sao Paulo: Paz e Terra, 1996.
-          Fanon, Frantz. Os condenados da terra. Rio de Janeiro: Civilizaçao Brasileira, 1979
-          McLaren, Peter. Utopias provisórias: as pedagogias críticas num cenário pós-colonial. Petrópolis: Vozes, 1999.
-          Torres, Carlos Alberto. Educaçao, poder e biografia pessoal: diálogos com educadores críticos. Porto Alegre: Artes Médicas, 2000.

1 comentario:

  1. Hace falta mucha rabia con los que nos gobiernan y mucho amor a nuestra profesión docente para enderezar un poco las cosas...

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